ISSN 1995 - 7785 | Año 34 | Junio 2025 | Vol. 1

Editorial


La complejidad de los cambios para el nivel medio de cara al futuro
Recientemente investigadoras del Programa Educación, Conocimiento y Sociedad del área de Educación de FLACSO junto con UNICEF, la UNIPE y la OEI elaboraron un mapa digital donde se registran las políticas educativas implementadas por las diferentes provincias del país en los últimos quince años.
Se trata de un recurso valioso para explorar lo que se ha hecho en el campo educativo e indagar las líneas de continuidad y diferenciación en el hacer de las diferentes provincias.
En una primera y rápida lectura se identifican algunas continuidades, o sea, políticas que han llevado adelante todas las jurisdicciones y que de alguna manera dan cuenta de cuáles son, en su percepción, los instrumentos que pueden impactar en el desempeño del nivel medio de educación.
Todas las jurisdicciones han elaborado en el periodo analizado un nuevo currículo para el nivel. Este hecho muestra que el currículo es pensado por todas las gestiones como un material de base sobre el cual se asienta la escuela secundaria y el conjunto de políticas que le están destinadas. La definición de qué es lo que se debe enseñar en las escuelas medias es considerado por los especialistas del campo y también sus gestores como el acto inicial y fundador del nivel.
De ninguna manera pretendemos discutir en este espacio este principio consagrado por la literatura y la práctica educativa. Solo nos proponemos destacarlo y marcar que los currículos siguen siendo documentos densos, de larga extensión, fundamentados teóricamente en autoridades del campo y de variada orientación política y pedagógica, en algunos casos anclados en el enciclopedismo más tradicional y en otros en nuevas corrientes pedagógicas. Todos pueden ser calificados de textos de difícil acceso para un docente que debe planificar su materia en soledad.
Otra de las políticas que han sido abordadas por todas las jurisdicciones es el cambio del régimen académico. Como sabemos, se trata de una política que modifica las trayectorias escolares de los alumnos proporcionándoles más oportunidades y posibilidades para avanzar en el camino de la aprobación del nivel. No hay ninguna jurisdicción que no haya realizado estos cambios.
Finalmente, el mapa registra 116 proyectos especiales en este periodo. Los proyectos abarcan muy variadas temáticas que, en términos generales, se trata de experiencias realizadas por las provincias en un número acotado de escuelas o la realización de un plan específico para un sector de instituciones y alumnos. Solo el 10% de estas iniciativas comprometen al universo de las escuelas del nivel y de la provincia.
Este material facilita trabajos de investigación que nos proporcionen lecturas más minuciosas de aquello que se ha venido haciendo en el territorio en estos últimos años.
Claro que toda lectura de lo que se hace debe ser acompañada de una valoración de su influencia sobre el devenir de la educación. Es necesaria la pregunta sobre qué influencia tienen estas políticas en la consecución de los objetivos de ampliación de los alcances y la calidad de la escuela media.
Si utilizamos datos de otras fuentes que no son el mapa sobre el que hemos estado trabajando, podemos dar una primera respuesta a esta pregunta. En el lapso que estamos analizando la inclusión de nuevos alumnos ha avanzado un 20%, aunque su tasa de finalización sigue estando estabilizada en aproximadamente el 51%. En cuanto a la calidad de los aprendizajes medidos por la prueba Aprender del año 2024 sólo el 14,2% de los alumnos del último año del secundario alcanzó un nivel satisfactorio en matemáticas y este número alcanza al 26,2% en el caso de lenguas. En cuanto a calidad es un resultado muy magro para el esfuerzo que se ha hecho en materia de acción política de las provincias.
Pareciera que es necesario redoblar los esfuerzos de investigación para leer una realidad que se presenta muy compleja a la hora de definir políticas para mejorar los resultados del nivel. Es necesario poner en cuestión los supuestos de siempre y volver a preguntarse sobre cuáles son las políticas que nos permitirán mejorar la calidad educativa. En ese camino el citado mapeo de las políticas constituye una referencia insoslayable, una herramienta cardinal para valorar las iniciativas políticas y de gestión del sistema educativo de cara al futuro, si es que queremos que se diferencie del pasado.

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